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Había una vez un niño llamado Gustavo Chiriboga que con mucha astucia siempre alegaba a su madre sobre su comida, pues aborrecía los vegetales. Su casa era una de las más elegantes del pueblo de San Mateo, siempre que salían a pasear pedía golosinas y mas golosinas a su madre que todo le consentía. Un día de aquellos soleados el niño Guchi-Gu pedía a gritos un helado de vainilla con chocolate y muchas grajeas de colores, al alzar la vista al cielo para gritar por más helado, pudo observar que muchos helicópteros misteriosos empezaban a llegar, cauteloso de lo que pasaba se puso a pensar e imaginar que a un gran paseo lo iban a llevar. Y no se equivoco mucho pues los militares de su nación a los niños molestosos iban a secuestrar para que aprendan a comportarse y aprendan a respetar. Es así como uno por uno, los niños que no obedecían a sus madres, los que respondían a sus padres, los que no comían las verduras y los niños molestosos llegaban por montones a los helicópteros militares, que iban a ser de ellos, unos grandes oficiales. Es así como también le toco el turno a nuestro gran amigo el niño Guchi-Gu, lo subieron a un helicóptero de color verde asi como las verduras que el detestaba, le preguntaron varias veces si cambiaria de actitud pero gracias a su negativa el viaje se alargo. Unos niños eran arrojados al desierto donde se murieron de sed y de calor, otros niños fueron arrojados a los cocodrilos que les comieron arrancándoles los brazos y las piernas de a poco y aun así nuestro amigo no cambiaba de actitud. Ya eran varias millas que el viaje se extendió y de pronto a su cabeza una idea se presentó, -“Me escapare de este viaje, y comeré todos los dulces que quiera a la hora que yo quiera”. Es así que en un descuido SANS se escapo y en un paracaídas con mucha fuerza el salto. Pero gran sorpresa se llevo cuando de pronto en una isla solitaria el se encontró, y para agravar la situación las verduras que el odiaba eran su salvación. -NO, NO ,NO eso si que no….!!! Ni loco comeré esas verduras… no no no. Así pasaron varias horas y el niño de Guchi-Gu no sabía que debía hacer, su madre alguna vez le había dicho que las verduras son las mejores por brindarnos súper vitaminas y muchos nutrientes necesarios para sobrevivir, es así que nuestro grande amigo sin más no poder todas las verduras empezó a comer, -Después de todo no han tenido tan mal sabor!- Es así que el niño Guchi-Gu fue rescatado por una avioneta que pasaba por la isla y al relatar su historia sobre las verduras, las personas aplaudieron su cambio de actitud y el por supuesto orgulloso de su nueva virtud junto a su madre que adoraba las verduras decidieron un huerto en su casa instalar.

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